Miguel Rua
Beatificado el 29 de octubre de 1972
Nace en Turín el 9 de junio de 1837. Es el último de 9 hijos. Entró en el Oratorio de Valdocco en 1852.
Un día Don Bosco le dijo: “Nosotros dos haremos todo a medias”. Estuvo entre los primeros a quienes Don Bosco propuso la “Sociedad Salesiana”.
Durante 36 años fue su colaborador más íntimo en todas las etapas del desarrollo de la Congregación. Profesó en 1855.
Fue primer Director espiritual de la Sociedad a los 22 años (1859), sacerdote en 1860, primer Director del colegio de Miravello a los 26 años (1863-1865), Vicario de Valdocco (700 alumnos) y de la Sociedad, administrador de las “Lecturas Católicas”, encargado de la formación (1869) y del personal. Director General de los Hijas de Mª Auxiliadora (1875), acompañaba a Don Bosco en sus viajes…
Por una explícita petición del Fundador, en 1884, León XIII lo destinó a suceder a Don Bosco y lo confirmó Rector Mayor en 1888.
Considerado como “regla viviente” por su austera fidelidad, Don Rua mostró una paternidad llena de delicadezas, tanto que fue definido “un soberano de la bondad”.
Con el aumento de los hermanos y el desarrollo de las obras, envió a los salesianos por todo el mundo cuidando en particular las expediciones misioneras.
En los largos viajes realizado para visitar las obras salesianas en Europa y en Oriente Medio, confortaba y animaba, siempre apelando al Fundador: “Don Bosco decía… Don Bosco hacía… Don Bosco quería…”
Cuando murió, el 6 de abril de 1910, a los 73 años, la Sociedad había pasado de 773 a 4.000 salesianos, de 57 a 345 casas, de 6 a 34 Inspectorías en 33 países.
Beatificándolo, Pablo VI afirmó: “La Familia Salesiana ha tenido en Don Bosco el origen y en Don Rua la continuidad… Él ha hecho del ejemplo del santo una escuela, de su regla un espíritu, de su santidad un modelo. Ha hecho del manantial un río”.
Sus restos se veneran en la cripta de la Basílica de Maria Auxiliadora. Su memoria se celebra el 29 de octubre.